Cinco cosas urgentes que debemos hacer para mejorar la salud de todos después de la COVID-19
Además de resaltar la necesidad de invertir mucho más en atención sanitaria, la agencia de salud de la ONU ha renovado su apoyo a la vacuna AstraZeneca, al asegurar que los beneficios son mucho mayores que los riesgos. Al mismo tiempo, también ha alertado de que los llamados pasaportes de vacunación pueden aislar a los países y discriminar a muchas personas.
La pandemia del coronavirus no ha hecho más que agravar las desigualdades en el ámbito de la salud y el bienestar en muchas naciones y entre países, afirmó recientemente el director general de la Organización Mundial de la Salud, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Ante esta complicada situación, que afecta especialmente a los grupos que se enfrentan a la discriminación, la pobreza, la exclusión social y las condiciones adversas de vida y de trabajo, la Organización ha formulado cinco llamamientos para actuar urgentemente con el fin de mejorar la salud de todas las personas.
- Acelerar el acceso equitativo a la tecnología relacionada con la COVID-19 entre países y en cada uno de ellos
El organismo destaca que, tras el rápido desarrollo y aprobación de las vacunas contra la enfermedad, el siguiente desafío es garantizar su acceso a todas las personas que las necesitan.
Para lograrlo destaca como “fundamental” el apoyo al mecanismo COVAX, la iniciativa global en la que participa la ONU y que trabaja con los gobiernos y las empresas farmacéuticas para garantizar que las vacunas contra la COVID-19 estén disponibles en todo el mundo, tanto para los países de ingresos altos como para los de ingresos bajos, que se espera que lleguen durante los próximos días a cien países y economías.
Aunque está no es la única condición, también son vitales productos básicos como el oxígeno médico, los equipos de protección personal, pruebas de diagnóstico y medicamentos seguros, así como los mecanismos para distribuir de forma justa todos estos productos dentro de las fronteras nacionales.
Al mismo tiempo destacó que el Acelerador del acceso a las herramientas contra la COVID-19 (Acelerador ACT), que busca establecer pruebas y tratamientos para cientos de millones de personas en países de ingresos bajos y medios todavía necesita 22.100 millones de dólares para suministrar estas herramientas vitales allí donde se necesitan desesperadamente.
- Mayor inversión en atención primaria
Al menos la mitad de la población mundial sigue sin acceso a los servicios sanitarios esenciales; más de 800 millones de personas gastan al menos el 10% de sus ingresos familiares en atención sanitaria, y esos gastos conducen a la pobreza a casi 100 millones de personas cada año.
A medida que los países avanzan en el combate contra el coronavirus, será vital evitar recortes en el gasto público en salud y otros sectores sociales. Es probable que tales recortes aumenten las dificultades de los grupos ya desfavorecidos, debiliten el rendimiento del sistema sanitario, hagan crecer los riesgos para la salud, aumenten la presión fiscal en el futuro y socaven los logros del desarrollo.
En cambio, los gobiernos deberían cumplir el objetivo recomendado por la Organización de gastar un 1% adicional del PIB en atención primaria. Los datos de la Organización revelan que los sistemas de salud orientados hacia ese tipo de cuidado han producido sistemáticamente mejores resultados sanitarios, mayor equidad y más eficiencia.
De ampliarse las intervenciones de atención primaria en los países de ingresos bajos y medios, se podrían salvar 60 millones de vidas y aumentar la esperanza de vida media en 3,7 años para 2030.
Los gobiernos también deben reducir el déficit mundial de 18 millones de trabajadores sanitarios necesarios para lograr la cobertura sanitaria universal en 2030.
- Priorizar la salud y la protección social
En muchos países, la COVID-19 ha causado graves repercusiones socioeconómicas superiores al impacto del virus en la salud pública, tales como la pérdida de puestos de trabajo, el aumento de la pobreza, problemas educativos y dificultades en la alimentación.
Algunos países ya han puesto en marcha planes de protección social para mitigar estos efectos negativos y han iniciado un diálogo sobre cómo seguir prestando apoyo a las comunidades y las personas en el futuro.
Pero muchos todavía se enfrentan a dificultades para encontrar los recursos necesarios para llevar a cabo acciones concretas. Será vital garantizar que estas valiosas inversiones tengan el mayor efecto en los más necesitados, y que las comunidades desfavorecidas participen en la planificación y ejecución de los programas.
- Construir comunidades seguras, sanas e inclusivas
La Organización destaca como elementos clave para todo el mundo el acceso a una vivienda saludable, en barrios seguros, con servicios educativos y recreativos adecuados, pero recuerda que el 80% de la población mundial que vive en condiciones de extrema pobreza se encuentra en zonas rurales.
Actualmente, 8 de cada 10 personas que carecen de servicios básicos de agua potable viven en zonas rurales, al igual que 7 de cada 10 personas que carecen de servicios básicos de saneamiento.
Por ello, es importante intensificar los esfuerzos para que las comunidades rurales dispongan de servicios sanitarios y otros servicios sociales básicos (incluidos el agua y el saneamiento), junto a una urgente mayor inversión económica en medios de vida sostenibles y un mejor acceso a las tecnologías digitales.
- Potenciar los sistemas de datos y la información sanitaria
Disponer de un mayor número de datos actualizados y de calidad clasificados por sexo, riqueza, educación, etnia, género y lugar de residencia es clave para averiguar dónde existen desigualdades y abordarlas.
El seguimiento de las desigualdades en materia de salud debería formar parte de todos los sistemas nacionales de información sanitaria.
Una reciente evaluación mundial de la OMS muestra que solo el 51% de los países han incluido el desglose de datos en sus informes de estadísticas sanitarias nacionales.
El estado de salud de estos diversos grupos suele quedar enmascarado cuando se utilizan promedios nacionales. Además, a menudo son las personas vulnerables, pobres o discriminadas las que tienen más probabilidades de no figurar en los datos.
“Ahora es el momento de invertir en salud como un motor para el desarrollo”, afirmó Tedros. “No tenemos que elegir entre mejorar la salud pública, construir sociedades sostenibles, garantizar la seguridad alimentaria y una nutrición adecuada, hacer frente al cambio climático y tener economías locales prósperas. Todos estos objetivos vitales van de la mano”.
La OMS insiste en que los beneficios de usar AstraZeneca superan los riesgos de trombos
La Organización Mundial de la Salud insiste en que los beneficios de la vacuna de AstraZeneca siguen superando los riesgos de trombos.
La Agencia Europea del Medicamento ha negado que hayan establecido una vinculación entre la vacuna y los eventos trombóticos, aunque está siendo evaluada y la OMS está siguiendo esa cuestión.
La Organización asegura que los casos de trombos son “raros” y se están categorizando según la población afectada.
“De momento no hay pruebas de que haya que cambiar la evaluación riesgo/beneficio. Sabemos por los datos que vemos del Reino Unido y otros países que los beneficios de la reducción de la mortalidad de la población vacunada son muy grandes. Solemos subrayar mucho los riesgos en estos casos, pero hay que compararlo con los beneficios de la vacuna y hay que reiterar esto una y otra vez”, dijo Rogerio Pinto, director de precalificación de la OMS.
Los pasaportes de vacunación del COVID-19 pueden dejar países aislados
La OMS continúa sin ser partidaria de exigir pasaportes de vacunación para viajar internacionalmente, ya que aún se desconoce si las vacunas contra la COVID-19 previenen la infección y por las dudas éticas sobre la medida.
“No nos gustaría ver el pasaporte de vacunación como un requisito para salir o entrar, porque no estamos seguros en este momento de que las vacunas prevengan la transmisión y hay otras cuestiones además de la discriminación de las personas que no pueden vacunarse por una u otra razón”, dijo la portavoz de la OMS Margaret Harris.
Además, en el caso de las personas ya vacunadas no se sabe por ahora cuánto tiempo pueden durar los anticuerpos en su organismo y por tanto si una sola vacunación es suficiente o se deberá repetir.
“En todos los países hay grupos que están excluidos, como las embarazas y los niños. Y, además, está la falta de acceso a vacunas en muchos países”, añadió.
El uso de certificados de vacunación sí está avanzando en territorios como la Unión Europea, donde se espera que este tipo de documento esté listo antes del verano.
“Si un país no recibe vacunas y se exigen pasaportes para viajar, en la práctica quedará aislado internacionalmente”, añadió el director de emergencias, Mike Ryan.
UNICEF: Hay que eliminar los obstáculos a la adquisición, fabricación y distribución de las vacunas
“Al ritmo actual, simplemente no hay suficiente oferta de vacunas para satisfacer la demanda. Y la oferta disponible está concentrada en manos de muy pocos.”, indicó la directora ejecutiva de UNICEF y añadió que “algunos países han contratado suficientes dosis para vacunar a su población varias veces, mientras que otros países aún no han recibido ni siquiera la primera dosis. Esto es una amenaza para todos. El virus y sus mutaciones ganarán”.
Para cambiar el rumbo de esta situación instó a los gobiernos, empresas y colaboradores a emprender tres medidas urgentes.
-Simplificar los Derechos de Propiedad Intelectual mediante la concesión de licencias voluntarias y proactivas por parte de sus titulares.
“Pero esto por sí solo no aumentará la producción. A diferencia de la fabricación de medicamentos, la producción de vacunas implica un complejo proceso de fabricación con múltiples componentes y pasos. Los titulares de los derechos tendrían que proporcionar asociaciones tecnológicas que acompañen a las licencias, compartir proactivamente los conocimientos técnicos y subcontratar a los fabricantes sin restricciones geográficas o de volumen indebidas. Este reto no requiere una renuncia forzada a la propiedad intelectual, sino una asociación y cooperación proactivas”, acotó.
-Acabar con el nacionalismo de las vacunas.
“Los gobiernos deben eliminar las medidas directas e indirectas de control de las exportaciones e importaciones que bloquean, restringen o ralentizan las exportaciones de vacunas, ingredientes y suministros de COVID-19”, destacó.
-Donación de excedentes
“Los gobiernos que han acordado recibir más ‘dosis futuras’ de las necesarias para vacunar a toda su población adulta este año, deben prestar, liberar o donar inmediatamente a COVAX la mayoría o todo el exceso de dosis contratadas para 2021, para asignarlas equitativamente entre otros países”, remarcó.